Su núcleo lo constituye la Plaza de la Mancha, donde se ubican buena parte de sus numerosos monumentos. Son dignas de admiración las dos magníficas fachadas de las que hace gala el Ayuntamiento. Continuando con la marcha puedes deleitarte contemplando la Iglesia Arciprestal de Santa María Del Salvador repleta de elementos góticos. Interesante el Museo de Cerámica, una gran muestra de la alfarería provincial. Fascinante su Castillo, protegido por un muro almenado y trece torreones, destacando la imponente entrada con un puente levadizo.
Ocupando la parte baja de una construcción con dos plantas dedicadas a vivienda, hallamos los Baños árabes.
El primer instituto femenino de Chinchilla se formó entre las paredes del Convento de Santo Domingo, también conocido como Iglesia de San Juan Bautista.
Otra visita recomendada es el Convento de Santa Ana, fundado sobre una antigua mezquita. En él podemos encontrar pinturas del siglo XVIII.
Transitando entre el gótico y el renacimiento, nos topamos con la Iglesia de Sta. María de la Asunción, albergando en su interior interesantes obras como una cruz procesional del siglo XVI o un lienzo de la contemplación del cuerpo de San Francisco.
Entre otros lugares de interés, podemos detenernos a contemplar los Restos de la antigua muralla de Jorquera, construcción almohade del siglo XII.
Reconvertida hoy en centro de exposiciones, tenemos la fascinante Torre Blanca. Fue construida para mantener cautiva a una dama, Doña Blanca, durante su secuestro. A su vez era una de las torres que defendía la entrada al pueblo.
Cinco son las labras heráldicas nobiliarias que figuran en las las distintas fachadas del casco urbano de Jorquera: Escudo del Marqués de Villena, Escudo de la Villa, Escudo de los Ortega, Escudo de los Tomás-Alarcón y un quinto de linaje desconocido hasta la fecha.
Por último podemos disfrutar del lugar donde se rinde culto a la imagen de la patrona de Jorquera, la Ermita de Nuestra Señora de Cubas.Entre las visitas obligadas tenemos su Castillo, constituido por un torreón pentagonal y dos torrecillas de planta circular. La Iglesia Parroquial, de nave única en forma de cruz latina. El Puente Romano, paso obligado del Camino Real de Castilla a Levante, cuya gran importancia propició que acabase convirtiéndose en puerto seco o aduana.
Al otro lado del río, en la ladera de la montaña, se erige única en su estilo por su forma irregular, la Plaza de Toros.
Deténgase a admirar la Ermita de San Lorenzo, con su retablo restaurado con piedra natural de Alcalá y colocada artesanalmente, pieza por pieza.
Las cuevas no son menos llamativas en el municipio que los anteriores monumentos, convirtiéndose en uno de los mayores atractivos de la zona, recibiendo miles de visitantes y curiosos. La más importante a efectos históricos es la Cueva de Garadén, llegó a ser tomada por la misma Isabel La Católica.
Se puede seguir paseando por la ladera, cuya peculiar situación permite que la mayoría de las casas estén excavadas en la propia montaña.
Tres de las más célebres cuevas que se pueden visitar son La cueva del Diablo, un personaje muy peculiar y muy dado a retratarse con celebridades que pasaban por su cueva, lo que se puede corroborar contemplando la extensa galería fotográfica que pende de sus paredes. Las otras dos cuevas restantes son las de Masagó y Garadén (no debe confundirse con la anteriormente mencionada).
Nacimiento del Río Mundo. Tras una ruta por el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, nos adentramos en un valle de vegetación descomunal, en él, nace el Río Mundo. Pero hay mucho más. La cueva de los chorros es donde verdaderamente nace el río. Para llegar a ella, has de pedir permiso para subir con un guía autorizado.
Para los que echen en falta los museos, pueden disfrutar del Museo de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz, cuyo patrimonio incluye joyas industriales, como maquinaria procedente de la Francia napoleónica. Declarado Bien de interés cultural, también guarda en su interior piezas de artesanía en bronce consideradas como de las mejores del mundo.
Si lo que desea es sumergirse de lleno en una época, puede alojarse en el Castillo de Riópar Viejo. Data del siglo XVIII, en estos últimos años fue restaurado para garantizar el confort de sus huéspedes. Al margen de la gran variedad de servicios que ofrecen, disponen de unos ambientes muy luminosos y encantadores.
En un ambiente en el que predomina la paz y el aire puro, se halla situada la Iglesia del Espíritu Santo. En su interior, sorprendentes y magníficas decoraciones; en los alrededores, abundante vegetación.
Constituido por los parajes Calar del Mundo, Calar de en Medio, Chorros del Río Mundo, Poljé de la Cañada de los Mojones, Sierra del Cujón y Calar de la Sima, tenemos el maravilloso Parque natural los Calares del Río Mundo y de la Sima. Una gran diversidad botánica y paisajística se da la mano con un excelente grado de conservación de sus ecosistemas.
Aunque con un número de visitas muy restringidas, en Riópar se encuentra una impresionante Catarata Natural con una caída de 50 metros.
Este parque natural esta formado por un complejo sistema lagunar formado por quince lagunas, que a lo largo de 30 kilómetros constituyen el valle del Alto Guadiana y en su parte más alta el lugar de nacimiento del río Guadiana.
Las quince lagunas se rebosan e inundan unas a otras formando cascadas y saltos debido a formaciones geológicas como las barreras travertínicas. Que son el rasgo más característico de este parque natural. Ruidera alberga una sorprendente riqueza biológica con gran diversidad de especies animales y plantas, montés de encinares y sabinares, sotos, arboledas de álamos, y vegetación palustre como la Masiega o la Enea. Una nota de frescor y casi de irrealidad en la Mancha llana y seca.
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